Hoy me levante temprano, ya por fin llego la primavera, me encanta esta estación, comienzan las plantas a florecer, y se dibuja en el paisaje alfombras de multitud de colores, los arboles desnudos, comienzan a vestirse con hojas que van cubriéndolos poco a poco y de nuevo esta mañana volví a escuchar el trinar de los pájaros.
Hoy cuando me levante sentí la necesidad de pasear, de pisar la tierra con mis pies descalzos, de tomar contacto con la naturaleza que me rodea, sentí el aire de la mañana como rozaba mi piel, como un sol radiante me daba calor, luz y vida.., me detuve en un pequeño riachuelo que dejaba notas musicales, mientras el agua pasaba lentamente entre mis pies descalzos, y allí, medio escondida entre la hierba y el agua, estaba mi flor, una pequeña margarita, para mi la flor mas bella del mundo, solo con mirarla me inspira un universo de historias paralelas.
Como la historia de Mario un joven artista que todas las mañanas coge su caballete y se pone a pintar en Montmartre, saca sus pinceles y mientras la vida pasa a su alrededor, el se olvida del mundo y da pinceladas a la vida en forma de margaritas.
O la de Irene aquella mañana cuando despertó, los rayos de sol se reflejaban en una pequeña flor, “una margarita” que había sobre su almohada, se la dejo el hada de los sueños mientras dormía, se levanto y se puso a escribir como cada mañana y como en todas sus novelas no faltaría una alusión a su flor preferida “la margarita”
la de Silvia que a pesar de tener alzheimer sonríe cuando le llevan” una margarita”
Por estas historias y por muchas mas que se quedan en el anonimato, os dejo con millones de margaritas.
Marisol Gallardo